domingo, 24 de octubre de 2010

Mamá




1942...

En ese entonces
ustedes no sabían
que el mundo podía cambiar.


Una vez oí de tus labios, mamá,
esa historia hermosa 
-que no importa si ha sido verdad-
que cuenta de ese tren que llegó
con Eva y el General
y te dio a ti a tu familia una máquina de coser,
entre otras cosas.


Pienso en vos.
Pienso en tu asombro.
Pienso en tu oportunidad de asombro
ante alguien que quiso pensar en vos.


Ahora dicen de eso: Polpulismo.
Lo dicen despectivamente.
Lo dicen, cómodos, teniendo la máquina de coser...


Debería decir que ya no importa lo que hizo el peronismo.
Si quisiera un lugar, debería decir...


¿Importa?
Pa'mi no. 
Importás vos.


Yo no soy malo.
Yo no tengo odio.
Yo no deseo que otro muera.

Yo no le deseo la infelicidad a los demás..


Esa ha sido tu lección.
Esa ha sido la filosofía que me diste.
Esas fueron las flores que acompañanan el camino...


Ahora estoy lejos de ti.
Cerca, pero lejos.
Y me agarra la lágrima.
Me tira el pómulo,
besa mi boca,
acaricia mi cuello


y vuelve a mi corazón,
donde ella ha nacido...




No hay paredes en el mundo.
No hay límites.
No existen los límites.
Pero lo que hay
es simulación...


Simulación de un mundo,
de un límtie,
de una libertad milimetrada
a la drillo mojado
y, peor, la simulación del límite.


¿En qué momento, madre mía,
perdimos la gloria de llorar?
¿En cuál encrucijada se ha decidido
que lo incómodo hay que tragárselo?


Dirán de mí que soy un mamón,
un edípico,
un qué sé yo.... ¡Y qué me importa!
Pero pienso en vos
constantemente
todos estos días


porque sé que no estarás.
Y me voy preprando.
Y te escribo así, esto, para aceptarlo.
Usted, madre mía, dejará esta tierra
en algún momento.
Yo, con suerte, seguiré caminando 
unos cuantos pasos
y luego te iré a buscar, otra vez.


Pero tengo que armarme de la oportunidad
de confiar en que morirás....
Sé que es horrible -¡Yo no lo puedo soportar!-,
pero si la venia, el oráculo o la suerte nos sonríe:
Deberá de ser así, ¿Cierto?


No debería yo morir antes que ti.
Porque yo estoy escribiendo éste poema,
Porque yo te  escribo a vos.
Porque yo debería tirar
el terrón de tierra
a tu cajón...










Eso, me asusta.



2 comentarios:

Milo Pratt dijo...

que fuerte che!... me lleó tu poema, porq yo tambiún estoy òejos y vivo cada dia esa extraña paradoja de la inmigración...

No hya mucho que comentar, muy pèersonalo e inenso tu poema, gracias por compartir esta parte de ti.

Saludos desde la casa del simio!

Sil dijo...

Hermosa forma de entregar tu corazon a esa mujer que dio tanto para y por ti y que importa lo que piensen los demas,yo aun no estoy lista para ser madre porque amo ser hija, hija de mi madre, y al final de cuentas Eva no pudo ser madre, pero en algun punto entregando esas tantas cosas que dio lo fue aunque sea por un instante