sábado, 21 de agosto de 2010

SE ACALLÓ LA CABALGATA SIN CESAR







Amigos, hermanos,
colegas y vecinos:
Ya no habrá cuándos, cómos ni porqués.

Tenemos que aceptar:
Nuestro mundo se agotó.
Se acalló la cabalgata sin cesar.

Lamento serles tajante.
Pero como vaticinaron los vetustos tangos:
¡Nadie puede contra la verdad!

Acaso piensen ustedes
que abocarse a la búsqueda de la identidad
a través de la literatura,
la música, el arte
y la vega
sea de extrema necesidad.

Mis queridos compatriotas,
no se engañen.
A los que vienen
no les importa una raja mirar atrás.

Para ellos es una pérdida de tiempo.
E infructuosa será toda nuestra empresa.
¡Nos volverán abuelos
sin ser padres con algo que lamentar!

Quedémonos entonces
con este rezago lamentable
en este Tiempo
que al Presente sólo se aboca.

Habremos de vivir y moriremos.
Nada cambiará para nosotros.
Porque, sin intuirlo, el cambio tuvo lugar...

¡Sucedió, sin más, el giro neoliberal!

Nuestros hijos nacerán
con una información desmedida y desaforada
que nosotros no podremos controlar.

¡Busquemos, mejor, la morfina
para nuestro cuerpo
que no tiene por qué sangrar!



(Que la Tierra y el Sino se les apiaden)

1 comentario:

Sil dijo...

Que todo pueda cambiar sigue siendo utopico, estamos inmersos en un mundo tremendo y tod lo que hacemos parece no bastar para modificarlo, escrudo y duro pero real, aun asi no dejo de soñar, que por ahora, ademas del aire, todavia sigue siendo gratis